Bien es cierto que
conforme pasa el tiempo el personal se va haciendo más experto en la praxis,
preparar al nuevo trabajador desde un inicio, permitirá un desarrollo más
eficaz, en menor tiempo. Muchas de las empresas han querido saltarse el
proceso de inducción por intentar economizar tiempo y que los empleados se
integren de una manera más inmediata a sus labores. No obstante, una
preparación previa debe de encausar de manera eficaz, las aptitudes del
trabajador a los objetivos de la empresa y por ende, conseguir múltiples
ventajas.
1. El empleado tendrá una mejor adaptación a su ambiente de
trabajo, a sus compañeros y asumirá cuáles serán sus responsabilidades dentro
de la empresa.
2. Conocerá de una manera clara y específica, la información relevante de
los procesos internos, así como su desarrollo y metas a corto, mediano y
largo plazo.
3. Establecerá actitudes favorables entre sus compañeros, pero es necesario
fomentar un ambiente de cooperación.
4. Aprenderá normas, políticas, procedimientos y costumbres
5. Fomentará en el trabajador un sentido de pertenencia e identidad,
el objetivo principal es la integración, además de impulsar su
productividad.
6. Podrá ubicar las instalaciones donde el trabajador pueda tener
acceso, además de los materiales que requiera para llevar acabo sus
labores.
7. Entre más claro tenga las cuestiones de su contrato laboral (tipo de
contrato, horarios de trabajo, tiempos de alimentación y marcaciones,
prestaciones y beneficios, días de pago, de descanso y vacaciones, entre
otros).
8. El conocimiento físico y global de la organización favorece una
buena imagen corporativa, y en ocasiones, genera ventas indirectas por
recomendación del personal de la empresa.
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